miércoles, 2 de octubre de 2013

DÍA 12

- DÍA 12 - 

He corrido 5 km sin parar en 36 min con 36 sg. Para mí el mejor récord. No he parado en ningún momento. Por lo que ahora estoy eufórica. 
Lo peor ha sido cuando un pequeñísimo gas se ha alojado entre la 1ª y 2ª costilla del lado derecho. No quería irse y se ha desplazado hacia arriba, hasta llegar a la axila derecha. De ahí se fue por encima del pecho derecho (menos mal que no era el izquierdo, porque si no hubiera pensado que me estaba dando un infarto. Con lo aprensiva que soy) y por último ha finalizado su viaje y se ha instalado sin contemplación en el omóplato derecho de mi cuerpo y aquí lo tengo todavía. 
No es que moleste mucho ahora, pero cuando iba corriendo sí que molestaba. 
He visto, a lo lejos, a mi viejino favorito y su perro, pero no se me ha acercado. Menos mal. Porque yo ya me iba riendo sola, y la gente que pasaba me miraba como si estuviera un poquino tontina. En fin. Hasta el viernes.

ENTRE LAS SÁBANAS

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Miraba su piel suave entre las sábanas. 
Sus manos la acariciaban como si fuera lo último que tocase.

Un deseo incontrolable se esparcía por los poros de su cuerpo desnudo, llenándolo de vida.
Con sus labios recorría su cuello y se perdió en el anhelo de su mirada... 
Tan deseoso de placer como la suya...

Sus cuerpos se buscaban con ansiedad, percibiendo el fin de su camino. 
Subían en deseo, bajaban jadeando, entraban y salían de su particular burbuja, sin que hubiera más que su pequeño mundo compartido...

De pronto, miles de rayos y estrellas se esparcieron entre los dos, cubriéndolos, arrollándolos, despojándose de todo los demás en un grito mutuo.

Ellos sólo existían para ellos.

Se miraron y comprendieron:

- Te quiero. 

- Sí, yo también te quiero...