viernes, 17 de julio de 2015

VERANO EN LA CIUDAD

- 365 -

Una fina capa de lluvia, 
como de lágrimas, 
se agolpan en este cielo plomizo, 
juntando el suave viento mañanero
por el que se difunde el aletear
de las flores en mi terraza.

Las chispas de gotas que bañan mi cara, 
me producen sensaciones de libertad:
Para pensar, para sentir, para recordar...
Se abre el día sobre mis pestañas húmedas, 
se mecen las nubes en ese repiquetear constante 
y se vacía mi alma llenándose de sensaciones...

Extiendo los brazos como si fueran alas 
y me lanzo a volar. 
Recorro el espacio que me separa de ti, 
en esta hora virgen, 
queriendo recoger los besos 
que se perdieron en la noche. 
La brusca realidad despierta mis sentidos 
provocando la vuelta al día, 
sereno y apacible, nublado y bochornoso
de este verano en la ciudad.

EN ESE DUERMEVELA...

-364-

En ese duermevela 
de la tarde estival, 
cuando las horas 
se hacen eternas
y el calor nos conduce 
a un sopor ingrato, 
cuando la brisa se hace sueños, 
me vienen vaivenes de rayos de luz,
que me regalan un trozo de vida...
y no deseo nada, 
sólo tu compañía... 

En ese duermevela 
envuelta en llamas de sol, 
sin agua ni besos húmedos, 
entre llagas de anhelos por tu mirada... 
me nubla el sentido
 y trasforma mis huesos... 
Tus brazos cálidos, 
tus palabras en un susurro... 
la música que se cuela 
entre los pliegues de mi vestido, 
para llenar el verano, 
con sólo tu compañía...

En ese duermevela 
que se me agolpa entre las horas ociosas, 
Un soplo de aire frío 
que se cuela en el recuerdo, 
un sonido o una lágrima perdida, 
mirando pasar los minutos en el reloj, 
esperando el color y la llama de tu presencia, 
queriendo solo tu compañía...