domingo, 3 de noviembre de 2013

DESPUNTABA EL DÍA

- 36 - 

Cuando el alba despuntaba y el primer rayo de sol se coló en su ventana, sus lágrimas de frustración ya se habían secado, sintiendo las ganas anidando en su piel. 
Un escalofrío recorrió su espalda al sentir cómo una puerta se abría... Y allí estabas tú. Y el deseo se desplazó hasta sus brazos para abrirse y quedar, entre ellos, tu cuerpo. 
Tus manos recorrían su piel deseoso de caricias, llenándose de ella, de sus pechos, su vientre, su cara... 
Las suyas te exploraban, cubriendo de besos tu cuello... mientras la razón de tu deseo despertaba ante ella, sintiéndote crecer con tu ansiedad... La ropa fue desapareciendo poco a poco de vuestros cuerpos hasta quedaros desnudos... después de haber esperado tanto tiempo, eráis como piel nueva sobre piel... 
Sus pechos se amoldaron perfectamente en tu torso, sintiendo su tibieza, su calor, su suavidad... Tu boca los recorría descargando sensaciones mientras saboreabas sus delicias y su tersura... 
Sus manos buscaban tu centro acariciándolo en todo su esplendor, y pensabas que no querías estar en ningún otro lugar, querías que aquello perdurara eternamente, pero el apremio golpeaba en tu interior, sintiéndote caer como en un abismo... 
Cubriste su cuerpo con el tuyo, llenándolo de calor... dentro... muy dentro... deslizándote suavemente, y ella se sintió completa, cuando desde dentro se desplegaban mariposas... hasta llegar... mientras llegabais... cuando ya llegasteis. 
Pasaba sus manos por tu piel, levantando intensas sensaciones en la terminaciones nerviosas de tu cuerpo, hasta que ya no pudiste más y un grito salió de tu garganta, un grito salió de la suya... entre gemidos entrecortados y sudor... besos, pasión, muerte súbita, subir... hasta lo más alto... y después descender lentamente, cuando vuestros latidos se iban meciendo entre las sábanas... quedando agotados, felices, gozosos, laxos...mientras... despuntaba el día.