lunes, 9 de julio de 2018

Con o sin camiseta


Hoy he salido a andar. Aprovechando las vacaciones y la obligación de bajar el maldito colesterol que vive instalado en mis arterias e hígado. Bien tempranito previendo el calor que se avecinaba a lo largo del día.
Comienzo mi recorrido por la Ronda Norte de Cáceres, desde Aguas Vivas, cruzando el puente hacia adentro y en dirección a la rotonda del V Centenario. Pocas personas en un principio. La gente estará trabajando y aquellas que disfruten de vacaciones y con este calor, se habrán ido a las piscinas o fuera de la ciudad. Pero hete aquí que empiezo a cruzarme con varias personas. Hombres y mujeres de todas las edades y condiciones. Curiosamente, los hombres (todos y sin excepción), iban con la camiseta en la mano. No entiendo el porqué. Sí, hace calor, pero estamos en la ciudad, aunque sea la Ronda Norte. No es cívico, o al menos a mí no me lo parece. Mi cabeza empieza a reflexionar sobre esto, mientras voy dando sorbitos de agua de una botellina que, a cada paso, se vuelve más caliente, y por los cascos escucho música para animarme. Además, y de vez en cuando, marcando los kilómetros, la voz del Endomondo me “canta” el recorrido y el tiempo invertido. Pues bien, mi reflexión no se hace esperar y me voy preguntando, primero tímidamente y después con algo más de valor: ¿por qué no me cruzo con mujeres con el torso desnudo también? O puestos a verlo desde el pudor, ¿con el bikini o el bañador? Supongo que será porque si así fuera, la policía que va “para arriba y para abajo”, las detendría por impúdicas. Claro, ellas (nosotras) no tenemos calor y por eso no tenemos necesidad de quitarnos la camiseta cuando vamos de marcha. Ellos sí. Su termostato será diferente.
                Me quedo con ese pensamiento, de momento.
Al dar la vuelta a la Ronda, entro por un atajo al camino que conduce directamente a la entrada por Aguas Vivas del Parque del Príncipe. Aquí también hay hombres corriendo y paseando, pero con camiseta. No exponen sus carnes al sol ni a la vista de personas que no tenemos ninguna necesidad de “admirar” musculitos o bronceados varios, o carnes fofas y arrugadas, que también se van enseñando, no os creáis!. Me imagino que, para esas mentes tan calurosas, no es lo mismo, y el parque lo presuponen dentro de la ciudad.
En fin. Serán cosas mías, pero no me gusta. Estará bien hecho, o estará permitido en ellos, pero no me gusta. Serán retazos de libertades, pero no me gusta. Tendré que dejarlo pasar, pero no me gusta. Será que es así, pero no me gusta. Qué le vamos a hacer.

En otro momento os contaré lo que me ha pasado con un viejo verde en el Paseo de Cánovas. No tiene desperdicio. Me he reído lo que no está escrito, pero porque me he quedado sin saber qué decirle.Y este sí que llevaba la camiseta puesta.