viernes, 1 de diciembre de 2017

Crónica a la exposición de pintura de A.J. Hidalgo en el Rincón del Arte del Hotel Ágora de Cáceres


 Este es el artículo que he escrito sobre la exposición de pintura que el artista Alfonso López Hidalgo nos ofrece en el Rincón del Arte del Hotel Ágora en Cáceres.
Espero que os guste y espero que vayáis a verla !!

https://agendacaceres.es/exposiciones/cronica-la-exposicion-j-hidalgo-rincon-del-arte-del-hotel-agora/

domingo, 19 de noviembre de 2017

AHÍ ESTABA...



Ahí estaba. Sentada en una roca. Desnuda. Anciana. 
La piel apergaminada se plegaba en su abdomen como un viejo acordeón. Sus pechos flácidos y secos caían tristes, como dos lágrimas, por su cuerpo, mirando la nada con esos ojos vacíos y sin alma.
Su historia comenzó una fría noche de otoño, como esta, cuando era joven y hermosa.   
Un hombre misterioso y apuesto apareció en su camino con una promesa de amor entre los labios y un regalo de noches infinitas e inmortales. Pero tuvo miedo a los días vacíos, a su mirada anhelante, amarilla y quieta, a su falta de humanidad debajo de aquella piel en la que latía muerto, un corazón. 
Aquel ser, curiosamente, se apiadó de ella dejándola marchar. 
Desde entonces sus días se volvieron grises. La muerte se instaló a su alrededor marchitando sus flores y llenando su vida de la nada más absoluta. Los años fueron pasando inmisericordes ajando su juventud y convirtiéndola en una vieja amargada y vacía. Todas las noches recorría los páramos en busca de aquel amor muerto, con la súplica entre sus manos y la esperanza del perdón en su boca. Intuía su presencia en el bosque, en ese silencio quieto. Escuchaba el murmullo de su voz enredado entre las ramas de los árboles mudos. Contemplaba, a veces, su sombra y lo llamaba a gritos, desde la oscuridad, rogándole que la llevara con él y arrepintiéndose una y otra vez de aquel miedo que un día le impidió cruzar al otro lado.
Los años pasaron sin lágrimas, implacables y destructivos por su vida. 
Por fin, sus súplicas traspasaron el corazón duro y muerto del hombre de sus sueños, aceptando besarla en el cuello, a modo de desgarro doloroso y cruel, vaciando sus venas de amor y convirtiéndola en un ser de la noche. 
Inmediatamente se dio cuenta de su error. Ella ya nunca sería joven. Una anciana para la eternidad, cansada de vivir. 
Su única salida era el fin. La llegada del día con la inminente destrucción de su existencia, al rayar el alba. Llevaba tres días sin comer y el regusto metálico en su garganta se volvía insostenible. Esa necesidad de sangre la estaba consumiendo. Tenía que acabar con ello, de la misma manera que asesinó aquel amor vacío y sin futuro. 
Apenas le quedaban sentimientos. Ya no era una persona. 
Y se sentó allí, desnuda y cansada, a esperar el último amanecer.
La clara luz de la mañana asomó por el horizonte. Tenía su mente puesta en aquellas cenizas del camino, en el resto de pavesas que flotaban en los hogares calientes. 
Allí comulgó su esencia justo al despuntar el día y se formó un remolino ardiente fundiéndose su cuerpo y su pensamiento en uno, siendo libre por una vez y para siempre, volando como humo por entre los matorrales del camino, confundiéndose con la neblina de los atardeceres y el rugido inmenso de las voces apagadas de las almas perdidas por el amor…


viernes, 23 de junio de 2017

LA NOCHE MÁS CORTA

-417-

Vuelan las musas entre la noche estival, dejando un reguero de fiesta y luz. La estela de fuego en mis ansias de vida, naturaleza que converge en los sueños quietos.

- Esas hadas que danzan en pos de una imagen que me envuelve la juventud entre el otoño ahora olvidado y que regresa una y otra vez -.

Vuelan las musas y me imprime su óptima luz. En esa cola de estrellas lacerantes que sofocan el ruido quemado en una hoja de papel vacía.

- Esas hadas que destilan poemas incompletos y que socorren mis nieblas y el adelanto de la noche mágica -.

Vuelan las musas y despierta mi velo, soñando con voces armoniosas en mi halo secreto. Tan dentro de los entresijos que forman parte de mis venas.

- Esas hadas que acunan momentos que nunca pasaron y que envuelve mi cuarto en mil notas musicales -.

Vuelan las musas y regalan colores en un lienzo blanco de esperanzas inútiles del verano. Esperando que lleguen los versos lentamente en trozos de tinta.

- Esas hadas que limpian el día y despiertan la tarde en tinturas serenas -.

Vuelan las musas y se alarga el estado de las calles silenciosas y sus muros aletargados, testigos mudos de los pasos quietos y del alma tranquila.

- Esas hadas que arañan la niebla que componen la brisa serena de mi alma nocturna en la noche más corta... -



martes, 20 de junio de 2017

"Claroscuro de octubre" de Cora Ibáñez

La ilusión, emoción, esperanza, incertidumbre, dudas, nervios, todo un conjunto de sentimientos anidando dentro de mí. 
El viernes se pone de largo esta pequeña obra, escrita con todo el corazón...ilustrada con mucho amor y complicidad por el artista Adonay Kustanilló.
Refleja el paso por una situación cotidiana, que todos, de alguna manera y en algún momento de la vida, habremos experimentado. 
Dolor, angustia, miedo, incomprensión, soledad, vacío... para determinar seguidamente que ese estado de las cosas no es el nuestro y salir, volar... querer cambiar, renacer y volver a la vida otra vez, más renovada, con fortaleza y espíritu libre...
Todo esto y más, encontrarás entre las páginas de este libro.
Claroscuro, como la vida misma, cambiante de color, de octubre, en pleno otoño de la existencia. Ahora que empieza a asomar esa estación lenta e implacablemente a mi alrededor.
Espero que os guste... 
Es una parte de mí. Un gran parte. Esa que aflora continuamente y que, a veces, queda permanentemente oculta si no miras bien.

http://agendacaceres.es/event-pro/presentacion-del-libro-claroscuro-octubre-cora-ibanez/ 
 

sábado, 13 de mayo de 2017

jueves, 9 de marzo de 2017

NO QUIERO

-416-

No quiero noticias en prensa
donde la violencia se hace eco,
y se muere y se deshace la música 
entre sangres y odios,
envidias y sin razones.

No quiero costumbres arcaicas
que acostumbren la vida
y aparezcan sombras
ente una cocina y un trozo de tela.

No quiero juguetes
que me encasillen
y me forjen en un rol
que tal vez no desee.

No quiero que se limiten mis actos
por miedo a que se enreden las intenciones
y me coloquen un vestido corto
con escotes de reflejos absurdos.

No quiero tener un día como éste,
que me recuerde continuamente
que no soy igual 
a cualquier otro ser humano.

No quiero que existan las reivindicaciones,
ni las manifestaciones en pro de una libertad
que yo ya poseo,
que no tenga que escribir...
ni pintar...
ni ganarme el pan con el sudor de mi frente,
sin más nombre que el que ya tengo.

No quiero que por ser mujer,
se me trate distinto,
me regalen halagos necios
o me cierren puertas por tener una vagina.

En el fondo, no quiero saber nada de aquello
que me trate diferente,
que me dejen las migajas
sin valorar mi conocimiento,
prestándome a regañadientes
una paridad falsa en la que no creo
y que no se me considere como a una igual.

En el fondo,
yo...
mujer...
sólo quiero ser una persona.


martes, 7 de marzo de 2017

SIN MÁSCARA

-415-



Con máscara, 
me obligo a ocultar la tempestad, 
mirada oblicua y glacial, 
deseo sin nombre y escudo sentimiento.
Con máscara, 
me niego las palabras y los gestos 
forman pasos y se vuelven gélidos.

Sin máscara 
la calma se vuelve cuarentena, 
y los besos se me ofrecen con contrastes, 
única vigilia de ojos esmaltados, 
libres en versos blancos.
Sin máscara, 
se afianzan los poemas en papel sin nudos.

Con máscara, 
la decadencia de los sueños 
se vuelve amarga. 
Un coletazo del invierno 
envuelve el paisaje efímero 
de las rimas encontradas.
Con máscara 
se olvidan las caricias 
de la piel envejecida, 
convierte en vino embriagador 
la visión de la realidad camuflada.

Sin máscara 
tengo la oración indefensa, 
de saberme desnuda 
ante los ojos críticos devastados. 
Pero libre a fin de cuentas.
Sin máscaras 
soy real, tangible, 
mujer, viva…

Con máscara 
no soy físico, sólo cuento irreal. 
Humo evaporado 
de un recuerdo ficticio. 
Mentiras y juegos a ser otra persona.
Con máscara 
soy etérea y  me esfumo 
entre el humo de un cigarro.

Sin máscara 
puedo estar rota y no ser joven. 
Puedo llevar las arrugas de la vida 
envueltas entre los sueños incumplidos. 
Pero soy más entera y brillante. 
Más auténtica y libre.
Sin máscara 
soy rotunda y sincera. 
Más dada a la verdad...
sin máscaras.