sábado, 26 de octubre de 2013

DÍA 17

17ª Día

Pues sí, aunque no os lo creáis he salido a correr. 
Con mis endorfinas a cuestas, porque no he sido capaz de quedarme en casa... no llovía mucho, pero algo caía y ha sido FANTÁSTICO... 

Esta vez si que no había casi nadie, sólo otra gilipollas como yo corriendo y un par de personas con perro... lo peor ha sido que he elegido una música muy ñoña y me hubiera gustado ir escuchando a AC/DC como otras veces o a KISS, muy cañeros... pero en fin, otra vez será. 
No he visto a mi viejino hoy, lo mismo el muy ladino, no ha salido para no mojarse. Qué pillino. Creo que le faltan la mitad de los dientes y cuando se ríe está muy gracioso. No, si al final hasta le voy a coger cariño... 

Por cierto, no me había limpiado la cara del maquillaje, y como estaba lloviendo un poco, pues se me ha corrido un poco el rímel. Podéis imaginaros qué cuadro mi cara, y yo sin darme cuenta, claro, hasta que he llegado a casa y me he mirado en el espejo... 
Por eso, de camino a casa, por las calles de Aguas Vivas y al cruzar Hernán Cortés (que ya había gente), me miraban con cara rara... y yo pensaba que era porque como había salido a correr con la lluvia creerían que estaba un poco... pues sí, además de eso, era porque LLEVABA LA CARA LLENA DE CHURRETES NEGROS del p...o rímel. 

Bueno, hasta el lunes.

COMO LA LLUVIA...

- 28 -

No sé cómo empezó todo. 

Tal vez fuera un sonido, una palabra escrita, un olor o una sensación... 
Aún no lo sé. 
Sólo conozco lo que ya presiento... mi pensamiento explota en pequeñas partículas que se van difuminando cayendo sobre mí, 

como la lluvia... 

Hoy era la lluvia, libertadora, pura, limpia... mojada...
Esquivo una y mil veces todo lo que me hace daño, resbalando por mi cuerpo, 

como la lluvia... 

Se va repitiendo mi vida, lo que fue ayer, lo que es hoy, lo que vendrá después, es mi manera de salir de la rutina, de esta espiral en que se convierte todo lo que me rodea, para poder vivir... 

como la lluvia, 

con esa cadencia, el ritmo, su sonido, cómo se convierte en música, que me cubre de notas y le va dando ritmo a mi corazón... 

los minutos, los segundos del reloj de mi existencia, aquí dentro, en mi pecho... acunando lo que siento, cómo lo siento, 

igual que la lluvia... 

con su susurro, el chispear en los charcos, salpicando mi cuerpo en gotas que van cayendo, igual que las lágrimas, pero sin tristeza, sólo con esa sensación de libertad que te proporcionan tus propias sensaciones, cuando las tengo, 

como la lluvia...

formando corazones en el suelo pero, que esta vez, no son de tiza...