jueves, 24 de octubre de 2013

DÍA 16

16ª DIA 

Por fin hoy he salido a correr y me he reencontrado con todas las sensaciones buenas que me dejan estas endorfinas que se liberan en mi cuerpo. 

La verdad es que todo estaba igual, un poco más solitario, pero supongo que es por el tiempo. 

Dos o tres perros con sus respectivos amos, algunos caminando, otro corriendo, y poco más... 

Bueno... y mi viejino, que también andaba por ahí. 

Resulta que casi “jocico” (dícese de la acción de aproximar el suelo con el “jocico”), de un tropiezo y cuando levanto la vista (para ver si alguien me había visto y pasar un rato de vergüenza...), ¿a quién me encuentro riéndose? Pues a mi viejino que va y me grita:

 “que te me vas a caer, hermosa...!!”. 

Entre el corte y el ataque de risa que me dio, me produjo una tos que hizo que acelerara un poco para alejarme de allí e inmediatamente instalar alegremente la pequeña motita de gas en mis costillas, que fue subiendo hasta el omóplato derecho (su lugar favorito) y quedarse ahí hasta el próximo día. 

Por cierto, he bajado un poco mi marca...nuevo récord. Bieeeeeennnnnn!!!!

 y de los 300 millones de bichinos, ya no quedan más que 100. El resto forma parte de mi organismo. Me los he comido todos. 

Hasta el viernes.

PARA MARILAR

- 26 - 

(Este lo escribí en 1981. Tenía 16 años. Está dedicado a mi amiga Pilar Borrega. Marilar: para ti con todo mi cariño, que ya dura desde entonces...): 

Callada, indecisa, siempre romántica... 

Caminas sobre nubes, besando con tu paso, las estrellas del cielo. 

Tus ojos limpios se abren sobre las conchas de mi océano transparente, y tus sueños de cristal se rompen en mil pedazos cuando de tu alma se escapan las lágrimas... 

Miras hacia el horizonte con la esperanza de encontrar ese algo con qué llenar tus manos vacías, buscas desesperadamente tal vez, algo que te haga feliz... 

Gritas a las sombras, siempre inconformista, esperando que te envuelvan, pero solo recibes la brisa del viento que te besa en la cara. 

Hablas con las estrellas que cantan a lo lejos, pero crees que no te escuchan... 

Entonces, tus labios, se posan por fin en la mágica luna y ella te rodea con sus brazos llenos de amor, porque por fin llegaste, después de tantas cosas... 

llegaste para quedarte para siempre.