martes, 23 de septiembre de 2014

CON LA VIDA EN LA GARGANTA...

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Con la vida en la garganta, queriendo gritar al viento… ese leve parpadear del aire entre mis dedos, y la música que se escapaba de puntillas en mis oídos…

Nada parecía ser como antes. Donde la tierra era estéril y ahora se cuaja de verdes intensos que desprenden su aroma jugando con las huellas de mi destino, injertadas en la tierra húmeda…

Los charcos en el suelo, me devuelven el reflejo que nace de los árboles y me cantan,  a lo lejos, con su suave vaivén…

Una gota de lluvia se escapa de una hoja, por encima de mis pensamientos y emergen multitud de colores vivos que envuelven la gota y la cambian de luz…

Como una lágrima de gratitud, una porción de tarde de otoño que me invita a correr entre la magia y la realidad que llevo en mí…


DÍA 73. Día 5 del año 2

DÍA 73
Día 5 del año 2


Hoy he salido a correr y a lo mejor no debiera haberlo hecho. Más que nada porque aún me dura el constipado que arrastro desde el viernes… con dolor de garganta, afonía y demás (por lo de cantar ópera… jejejeje), y encima ahora, agravado con la aparición de mucosidad de leve a moderada, con algo de estabilidad en ojos llorosos y tos cavernosa y atronadora (a lo camionero…). 

Además, el Edmundo parece que no se lleva bien con la Nave Nodriza ésta que me han mandado, y que parece ser que es un móvil, pero a mí me da la impresión de estar hablando por una Tablet… 5 pulgadas nada menos que tiene, por lo que apenas me cabía en el bolsillo. Cuando empecé a correr todo iba bien… pero a los pocos minutos, recibo un mensaje que me dice que el satélite del programa del Edmundo, NO ME ENCUENTRA… pero… si tiene 5 pulgadas el cacharro éste!!! Cómo no me va a encontrar???... Ainssss… estas altas tecnologías que tontas son a veces…
 
Así que he decidido seguir corriendo y no hacer caso del Edmundo, tampoco iba a mejorar mi marca dado el estado “trancazo” que aún anida en mi cuerpo. 

El césped estaba mojado y me he dado un resbalón de los que hacen época. Y es que por fin, casi hago el spagat de ballet, ese que consiste en tener una pierna en Cuenca y la otra en Portugal (visto desde Cáceres, claro)… Pero, creedme que he podido ver cómo una pierna revoleaba por encima de mi cabeza y se posaba con dulzura tres pasos por delante de mí… Ni la Paulova lo hubiera hecho mejor… 

Y, de pronto, un cosquilleo tal en la nariz, que me ha provocado un estornudo descomunal!!!… Bueno, ha sido tan espectacular, que casi me doy la vuelta…!! Me lloriqueaban los ojos y cuando he podido despejar la nariz de mucosidad estruendosamente, me he dado cuenta, que la vida en el parque se ha paralizado… Oye, todo el mundo mirando… como si no hubieran visto estornudar nunca a nadie… De acuerdo que casi me caigo y todo, de lo fuerte que ha sido (no sería la primera vez…)… pero de ahí a ser algo extraño va un mundo… 

En fin… supongo que los habituales al parque deben estar ya más que acostumbrados a estas cosas mías...