lunes, 10 de marzo de 2014

OTRA VIDA

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Dejando volar la imaginación una vez más, soñó con una vida distinta.
Esa que, creía, podría merecer. La que proporcionaba la tranquilidad que, intuía, tendría en circunstancias normales.

Su piel había adquirido una falta de brillo y envejecimiento que no tenía otra manera de ser que esa tristeza que se adhería a su cuerpo como un gen extraño y ajeno.Las mariposas que siempre habían revoloteado en su estómago, ahora no tenían alas y agonizaban en el fondo de su pena.

Pero, como siempre, por sus sueños vivía.
Sus palabras decían lo que su vida callaba, haciéndola vivir a través de otros ojos, esos que se asomaban a sus pensamientos, construyendo mundos en dónde poder pasar de puntillas por la vida.

De alguna manera quedaban allí, entre esas letras que se sucedían unas tras otras, llenándola de esperanzas y de ganas de volver a cerrar sus ojos y escapar hacia esa otra vida paralela en que sus sueños eran para ella sola, en que sus sueños podrían ser su realidad algún día. 
  

DÍA 42

DÍA 42

No ha estado mal del todo: 5 Km. en 33 minutos y pico. 
Teniendo en cuenta que hacía calor y que el Parque, hoy, casualmente, o debido al buen tiempo, estaba atestado de gente... 
Mucha gente joven, muchos perros con sus dueños, muchos dueños con sus perros, viejitos acompañados de sus familiares paseando, personas de todas las edades sentados en los bancos, o tumbados en la hierba al sol... Niños pequeños con sus triciclos y sus abuelos, también padres ejerciendo de padres, y sobre todo mucha gente corriendo... 
He empezado a hacer cuestas, y.... ¡cuesta! Ya lo creo que cuesta... Sin resuello me he quedado en la primera vuelta. Pensé que no iba a acabar y mira tú por donde he hecho un tiempo fantástico. 
Lo peor ha sido ir esquivando y recortando a la gente que se empeñaba en ir por el mismo sitio que yo... por lo que podido realizar ejercicios de cintura, que siempre vienen bien. 
Por otro lado, la pericia de ir saltando obstáculos tampoco se me ha dado mal... Sobre todo las correas de los perros. Esas que se alargan según el perro se aleje más o menos... Casi me mato con una, pero al final no ha llegado la sangre al río... Ya que, como siempre, he trastabillado, he acercado el "jocico" al suelo, pero no lo ha llegado a tocar: reflejos que se desarrollan con la práctica... 
Por dentro he dicho todos los tacos que me sé... y creedme que me sé un montón...: sapos y culebras han salido de mi cerebro camino de mi garganta y mis cuerdas vocales, pero que al final no han visto la luz, no porque de repente me echara atrás en mi deseo de parecer/ser una deslenguada, sino debido principalmente a que, en el momento de abrir la boca, millones y trillones de bichillos (los de siempre), se han colado en mi organismo haciendo que, una vez más, me atragantara e intentara escupirlos todos a la vez. Creo que, al paso que voy, dejaré el parque limpio de bichos, ya que me los tragaré todos yo...
Total, que me he quedado sin la revancha de protestar por una correa de perro que se ha cruzado en mi camino. Ya me desquitaré el próximo día...