sábado, 10 de enero de 2015

ANDÁ EÓ QUELO

- 337 -


La niebla se mezcla en el pensamiento de los sueños.
Después de una noche interminable, llega la luz del día.
Dolor y cansancio a partes iguales,
sin pasos que traigan música en una copa.
El baile y su hormigueo dejó la noche entre sus hombros.
Ya no estaba descalza tan sólo,
su sonrisa fue haciendo jirones hasta borrarse en el amanecer.
En un despliegue de sueños en blanco
y bostezos entrecortados de fuego sereno,
quería el descanso de su mirada y su sueño…

De Adonay Kustanilló
Acrílico sobre lienzo                              
80 x 80 cm                  




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