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Se encontraba tirada en el suelo, descarnada y miserable.
La habían apaleado y tenía el cuerpo lleno de cardenales, los arañazos se sucedían a lo largo de sus brazos y piernas...
La cara desfigurada, la ropa rota... Lo único que tenía entero era el corazón, pero le lloraba a intervalos regulares; a veces se olvidaba de bombear; era lo único que tenía más vivo, con mayor sentimiento...
Es la gran olvidada, su nombre a penas conocido, parece que se apaga pero no quiere morir...
Es mi ciudad: Cáceres.
Parece que sólo tiene viva su parte histórica, el corazón, su escaparate al exterior. Lo demás, las extremidades languidecen... papeleras rotas, bancos desvencijados, aceras rota y calles llenas de excrementos, paredes sucias y pintadas, basura en los parques...
NO CULPÉIS A NADIE. SOMOS TODOS.
Son los niños, los ancianos, los jóvenes y los maduros: todos.
Por favor: cuidad nuestro PATRIMONIO, no sólo somos la Parte Antigua...
somos toda una CIUDAD.