domingo, 5 de enero de 2014

LA MAGIA

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Soy una gotita de fantasía que aún te queda en la memoria.
Recuerda que antes, hace ya mucho tiempo, esta noche era mágica para ti. 
Pero de repente y sin saber por qué, la vida te arroyó, pasando por encima y dejándote casi sin sueños.

He regresado hoy para devolverte algo de aquellas estelas doradas que tenías en tu mente y que adornaban tus cuentos e historias. Aquellas con las que soñabas cuando aún no habías crecido del todo. Las veías justo antes de dormir, sintiéndolas entre las letras de un cuento, o en una canción, o entre las palabras cariñosas que te rozaban al borde de la cama.

Pero yo, vengo todos los años, en esta noche, la más mágica de todas, con la esperanza de que no acabes con aquella ilusión, ni con la maravillosa visión de todo lo increíble y superior que te envuelve y te distorsiona de vez en cuando porque sabes, en el fondo, que debes volver a la niñez.
Simplemente para poder poseer la imaginación completa, sin grietas ni ataduras, sin barreras que nos separe.
Para que tus ojos no olviden que todo tiene su parte de magia, de misterio, de fábula, de cuentos y aventuras, de risas y estrellas, de miles y miles de gotitas de fantasía y que, de otro modo y si no me recuerdas más, iré muriendo lentamente, dejándote con el vacío de un juguete roto. 

No lo permitas. Sigue mantiniéndome viva. Guarda intactos los colores de la infancia en tu memoria, siempre, todos los días. Para ser más feliz, para ver la vida desde otro ángulo, para volver a tener esa inocencia que antaño te permitía sonreír cuando soñabas...

Ven.... ven conmigo. Esta noche es nuestra. Piérdete en mí, vuelve a jugar a mi lado, cuéntame cuentos, escribe canciones, danza a través de la MAGIA, ábreme las puertas de par en par y déjame entrar en tu mente y en tu corazón. 
Sí... Ven e imagínatelo ahora...






ESPERANDO...

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Estaba apostado en una esquina y sólo quería ver...
ver si ella aparecía otra vez...
caminando por esa calle, su calle...

Todos lo días esperaba para verla,
a ella y a su sonrisa, que le subía hasta los ojos
y hacía que su rostro y su cuerpo entero se iluminara para él,
otorgándole una belleza especial
que nada tenía que ver con los rasgos físicos...

Llenaba su espacio con ese halo misterioso que la envolvía
dejándolo sin aliento... porque solo tenía ojos para sus ojos.

Desde hacía años...
Porque cubría su vida en ese sólo instante en que lo miraba cuando pasaba...
desde la primera vez, cuando se encontraron por casualidad...

Mirándose a los ojos siempre y siguiendo cada uno con su vida después...
No sabía si ella era consciente de su existencia,
de su amor, de sus suspiros, de sus esperanzas...
Por eso estaba parado, como siempre, por si ella aparecía...

Presintiéndola antes de notarla...
con ese calor que desprendía hacia su cuerpo...

Sí... allí estaba...por fin en su calle, ella... y su sonrisa...