sábado, 7 de mayo de 2016

TARDE VACÍA...

-413-

En ese sabor salobre 
que despierta un beso lejano, 
esparce la risa enganchada,
solitaria y pura,
de deseos indolentes.

Baraja la neblina y se funde 
traspasando el desconsuelo,
soñando el color dormido
en esta tarde vacía,
de lluvia estancada...

Se marcha el reloj silencioso,
de cadencias mezcladas...
Una noche, un cántico amargo llevo,
soledad y desamparo,
en la muerte con la magia rota.

No venzo a la desnudez del alma, 
sin puros y amagos caminos,
retina y fuego,
llanto y sonido,
en esta noche aciaga...