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Se escuchaban los primeros murmullos de las hojas al caer, mientras caminaba por aquel parque solitario, con las manos en los bolsillos que aquellos primeros fríos dejaban ateridas.
El silencio se asemejaba a una melodía imaginaria que iba dando pinceladas de notas aquí y allá.
No importaba la soledad momentánea, iba a encontrarse con él...
Después de haberlo soñado tantas veces, ahora se convertiría en realidad.
El aroma a tierra mojada impregnaba cada paso que daba. Detrás de aquel recodo estaban puestas sus ilusiones...
Sí... allí estaba él, mirándola con aquellos ojos soñadores en los que se veían reflejados tantos años de soledades ya muertas.
La sonrisa ahondaba en sus corazones regalándoles un tiempo nuevo que darle a la vida...
Después de aquello, ya nada sería como antes...
Después de aquello, nacería el primer beso de amor...