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No quiero que me digas lo
que tengo que hacer, ni sentir, ni pensar...
soy como el aire, tan
volátil e impredecible,
soy como un tornado que
se cierne sobre ti, traspasando los sueños y hacerlos míos.
No quiero que me digas
qué decir, ni cantar, ni gritar...
soy como el agua de la
lluvia, calando tu rechazo y sin sabores,
soy como una tormenta en
el verano, mojando tus deseos y hacerlos míos.
No quiero que me digas
cómo tengo que andar, ni correr, ni bailar...
soy como el estruendo del
mar, cuando furioso choca con la orilla rocosa,
soy como un terremoto
destruyendo tu vida y haciéndola mía.
Sólo quiero que me digas
que tengo que quererte, abrazarte y tenerte...
soy como la brisa, como
el rocío, como la música, sintiendo el calor de tu mirada,
y tus besos en mis
labios, haciéndote mío.