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Arañó
de tal forma la puerta de madera, que al poco tiempo ya no tenía
uñas...
Una
capa de motas de polvo se colaba, flotando, entre las ranuras de la
pared...
No
sabía dónde estaba....
El
sonido de una música lejana le cubrió el corazón... una música
lúgubre, triste... predominando las notas de un piano...
Pasos
amortiguados por raídas alfombras se dejaban oír sin saber muy bien
por dónde venían... Parecía que se acercaban... lentamente..., con
una cadencia inusitada...como si, de alguna manera, fueran arrastrándose cansinamente...
Sentía
en la garganta y en la lengua un ligero regusto amargo... Algo había
hecho que durmiera sin sentido, para despertar en aquella habitación
sin ventanas... Comenzó a toquetear las paredes en busca de algún
resquicio que le permitiera salir a respirar... Mientras, el sonido
de aquellos pasos retumbaba en el suelo, cada vez más cerca, más...cerca...
De
pronto... el silencio inundó el lugar llenándola de inquietud...
Una
respiración profunda y masculina se adentraba en aquel habitáculo
cerrado, sorbiéndole el aire y cubriéndola de temor...
Despertó
de su pesadilla sintiéndose sola, angustiada....
Las
lágrimas rodaron por sus ojos como un bálsamo reparador...
Era
su corazón...
Su
corazón encerrado el que pedía ayuda...
Sin
vestigios de poder dejarlo volar, notó el nudo que se formaba en su
pecho...
Prisionero
de no sabía qué cárcel, deshecho y herido...
Abriendo
la ventana se permitió boquear el aire repetidamente hasta acompasar
sus latidos a los ruidos de la mañana, para luego salir a la verdad
de la calle...