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Quería el regreso de aquellas sensaciones...
Al claro del día que sucedía a la oscuridad de la noche... para vencer aquellos sentimientos vacíos...
Y ahora, sin embargo...
Me llena el frescor de la tarde, cuando ya el sol se ha puesto y aún no ha llegado la oscuridad... En esos tonos en rojo que predicen mi estado de ánimo... Inundándome de libertad y vibraciones que vislumbro más allá de lo que marca este horizonte a veces gris, otras cargado de colores que van y vienen y me dejan laxa y sin fuerzas...
El oro del anochecer me descubre junto a ti... en estos momentos en los que la belleza y la caída del día se mezclan entre nuestras manos... Sin dejar de acariciarnos los sueños, sin dejar de soñarnos mezclados entre los pinceles que van manchando los retazos de vida juntos...
Sentir... otra vez...
Querer el regreso de todo lo que me produce interrogantes, necesitando de ti, para avanzar de nuevo... Apoyarme en tus brazos, en tu historia, en tu mente, en tu corazón...
Y llegar al fin... al claro del día que sucedía a la oscuridad de la noche...
