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Que
la magia de la luz me envuelva en arcos de espuma,
quiero
escuchar el rugir del viento,
y
sentir la lluvia en mi cara lavándome los malos presentimientos.
Necesito
cerrar la ventana
para
que no entre en mí esa vieja sensación amarga,
mientras
desvelo mis sueños entre los dedos
y
apareces tú...
Extendiendo
los brazos en pos de mí...
acercándote,
con pasos decisivos...
Buscándome otra vez.
Llamándome,
pronunciando mi nombre en olas del verbo amar...
Llegar
a ti, entre la niebla... es lo más difícil que nunca hice,
porque
todavía no lo he conseguido...
Me
voy desenredando, mientras abro los ojos para descubrir
que,
efectivamente, tú ya no estás.
Te
fuiste cuando yo comenzaba a encontrarte...
