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Se
iba acercando a mí, lentamente con su suave fragancia... La música
de las hojas verdes, el retumbar de la magia de una tormenta...
haciéndome cada vez más pequeña.
Existo
en la magnitud de toda una explosión de color; inundando el suave
vaivén de olas en las que se convierte esta brisa que me besa en los
labios, como con una mirada perdida sin preguntas.
Sólo
quedan los viejos vestigios de un amor olvidado hace mucho. Con
nuevas historias que contar, porque todo vuelve a empezar como
siempre pasa, con esa calidez que desprenden los sentimientos.
Un
fuego que se acomoda en mi pecho sintiendo la alegría del intenso
color que me desborda... Como una mezcla de razones para sobrevivir
un nuevo intento de acercarme, una esperanza más.
Se
abre el día para mí... después de la lluvia, cuando ya no queda
nada y todo se ha borrado. Para cegarme con sus tonos de luz flotando
en miles de partículas danzando a mi alrededor.
Sus
voces explotan en mi ventana como queriendo herir el aire... Otra
primavera que sueño, otra primavera que no tardará en despertar,
como la promesa del brillo de un atardecer en tu recuerdo.
