lunes, 20 de abril de 2015

REGALÁNDOME EL TIEMPO...

-355-

Se vaciaba la tarde en esperas, tendiéndose la brisa al compás de un atardecer atípico. 
La luz que agraciaba las gotas de lluvia, me envolvía en colores, cargadas de magia...

Un verde intenso bordeaba la luz de tu mirada, los tonos del otoño se reflejaban en tus ojos y un viento cargado de esperanza acunaba nuestros cuerpos ausentes. 

Te esperaba en un largo invierno. Cuando el tiempo no podía devolverme la risa ni los besos perdidos.


Vendiste tiempo, al tiempo que mecías entre los brazos, mi refugio y descanso. 

Con caricias y anhelos de aromas suaves a primavera, ofreciste al ocaso las ganas de verte. 

Y me perdí entre tus caricias encontrando un lugar seguro, en el cual se vaciaba la vida de segundos latidos. 

Me llenaste de vida cuando la noche engañaba a los sueños, regalándome el tiempo y el fluir de tu sangre.