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Después de un largo silencio, después de quedar la mirada perdida entre las nubes, rehízo la sonrisa y se levantó.
Ya no importaba nada, ni la oscuridad que se cernía a su alrededor, ni el silencio de la tarde clavándose en su piel. Sintió las sombras de lo que pudo haber sido de ella y entrecerrando los ojos se dispuso a soñar.
Y soñó...
Soñó con un nuevo estadio de sensaciones y pensamientos, que iban y venían arrullándola a cada paso.
Soñó con la cálida brisa de un susurro de amor en sus oídos, cuando se levante la mañana y la cubra de besos el amanecer.
Soñó con la esperanza de un nuevo día en su ventana, dejando que la lluvia limpie de impurezas sus recuerdos más amargos.
Después de un largo silencio, después de quedar la voz enganchada entre las notas de una canción, rehízo su sonrisa y se levantó.