martes, 7 de marzo de 2017

SIN MÁSCARA

-415-



Con máscara, 
me obligo a ocultar la tempestad, 
mirada oblicua y glacial, 
deseo sin nombre y escudo sentimiento.
Con máscara, 
me niego las palabras y los gestos 
forman pasos y se vuelven gélidos.

Sin máscara 
la calma se vuelve cuarentena, 
y los besos se me ofrecen con contrastes, 
única vigilia de ojos esmaltados, 
libres en versos blancos.
Sin máscara, 
se afianzan los poemas en papel sin nudos.

Con máscara, 
la decadencia de los sueños 
se vuelve amarga. 
Un coletazo del invierno 
envuelve el paisaje efímero 
de las rimas encontradas.
Con máscara 
se olvidan las caricias 
de la piel envejecida, 
convierte en vino embriagador 
la visión de la realidad camuflada.

Sin máscara 
tengo la oración indefensa, 
de saberme desnuda 
ante los ojos críticos devastados. 
Pero libre a fin de cuentas.
Sin máscaras 
soy real, tangible, 
mujer, viva…

Con máscara 
no soy físico, sólo cuento irreal. 
Humo evaporado 
de un recuerdo ficticio. 
Mentiras y juegos a ser otra persona.
Con máscara 
soy etérea y  me esfumo 
entre el humo de un cigarro.

Sin máscara 
puedo estar rota y no ser joven. 
Puedo llevar las arrugas de la vida 
envueltas entre los sueños incumplidos. 
Pero soy más entera y brillante. 
Más auténtica y libre.
Sin máscara 
soy rotunda y sincera. 
Más dada a la verdad...
sin máscaras.