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Descargaba
el cielo plomizo y el aire se llenaba de luz,
se dormía la tarde con ese color oscuro,
que
antes de tiempo, las nubes habían acercado a la noche
y se
mezclaban con mi pensamiento sombrío...
Deshaciéndose
los nudos entre mis sueños,
en
torno a la temperatura de mi cuerpo, frío y aterido,
y te
tenía entre mis dedos, jugando con el pasado atardecer,
melancolía
y soledad, junto al fuego de mi corazón.
Notando
la mágica sensación de escribir para ti...
sin
que tú lo sepas, sin que me oigas,
nada
soy en este lado de mi fantasía, nada soy...
Ni te tengo, ni te doy... sabiendo que ni si quiera estás tú...
Ni te tengo, ni te doy... sabiendo que ni si quiera estás tú...