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Se
escuchaba la música de una melodía a lo lejos...
para
cubrir mi vacío...
Esperaba
con las manos en el cristal,
que
llegara con su calor...
Antes
de medianoche,
cuando
el fuego del hogar aún no se había consumido.
Cuando
no hubiera luz que alumbrara mis pasos...
Sólo
quedaba el sonido crepitante de mi corazón...
No
dejaban de llegar latidos y besos...
dando
respuestas a mis preguntas...
en
esas en las que siempre estás.
El
frío rodeaba la calle y nos dejaba solos...
a
ti...contigo,
a mí
con mi silencio.
Llegará
mañana, con un nuevo amanecer,
vendrá
quedándome más vacía todavía,
para
empezar otra vez,
con
la esperanza aún intacta,
con
los brazos abiertos y los sueños aún sin estrenar...