DÍA 87
Día 19 del año 2
5 Km. en 36,52 minutos.
No está mal, teniendo en cuenta los minutos perdidos intentando esquivar a cuantos perros sueltos trotaban hoy por el Parque.
Por el sitio por donde yo entro, se permiten los perros sueltos. Normalmente, me encuentro uno o como mucho, dos. Hoy había seis o siete. Cada uno con un dueño y todos con muchas ganas de jugar. Me han visto pasar toda rechuplosa y han pensado que los estaba retando para alguna prueba de atletismo… He tenido que pararme y esperar a que sus dueños se hicieran cargo de ellos, porque no había manera de que se fueran. Y con el respeto que me dan los perros, debía parecer un cromo allí plantada con los brazos pegados al cuerpo y mirando hacia arriba… Uffff… qué mal lo he pasado.
Después, cuando volví a tomar el ritmo de carrera, me di cuenta que la tarde estaba un tanto oscura. La luz se parapetaba detrás de una nube negra y densa, de tal forma que parecía que estaba ya anocheciendo.
Eso no me gustó, porque no me hace gracia estar en el parque cuando ya no hay casi luz. Además, debido al frío, hoy el paseo estaba solitario y apagado. Pero justo cuando recorría el tercer kilómetro, en el que más a gusto me encuentro, la nube se ha medio disipado y una intensa luz dorada ha iluminado el verdor de los jardines, tornando todo el recinto de magia y color.
Me he sentido pletórica y feliz. En un momento dado, y cuando esos tímidos rayos me deslumbraban, entorné los ojos y me dejé llevar… En ese momento escuchaba por los auriculares “Walking on Sunshine” de Katrina and The Waves. “Caminando al sol” creo que se traduce. Y me pareció que era una casualidad muy, muy grande.
En fin… Otro día más, que, aunque no haya hecho buen tiempo, (por culpa de tanto perrillo suelto…), estoy más que satisfecha…