miércoles, 16 de julio de 2014

EN INVIERNO...

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Esa madrugada había nevado… 

Un manto blanco de pequeñas luces hechas de cristal, inundaba mi ventana, para hacerme despertar de una noche de sueños y caricias completas…
Estaba desnuda y no sentía el frío… 
Mi piel aún ardía en besos largos y profundos que estremecían mi cuerpo…
La nieve caída me llenaba de vida… Sólo miraba el horizonte con la vista perdida en esa virginal fachada.


Cuando, de repente, un escalofrío llenó mi cuerpo haciéndome perder el calor que sentía aún en mi alma… 
Más unos brazos fuertes y anhelantes, de pronto se fundieron con mis pensamientos… colmándome de luz otra vez… 
Llevando el blanco de la mañana hacia el camino lejano de los sueños… 
Queriendo mezclarse conmigo, en un momento, junto al amor infinito, bajo el manto del invierno que nos envuelve y nos embriaga de sensaciones frente al calor del fuego de un hogar…

Camino nevado de Adonay Kustanilló