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Es de noche
y sueño con él.
Entra descalzo entre la neblina de mis recuerdos
como un espíritu, sin sombra ni señales, cruzando la calle a la luz
de una farola... sus pasos se acercan sin hacer ruido y yo tengo
miedo, miedo a lo desconocido, porque hace tanto tiempo que no sé de
él...,
No conozco ni sus sonrisas o sus palabras, ni siquiera sé si
él aún me recuerda de alguna manera, sólo tengo pequeños retazos
de su vida, migajas que no me satisfacen, letras que componen frases
que me dicen muy poco.
Su cara se desvanece entre mi almohada, y
quisiera poder recuperar el olor de su cuerpo, o del jabón de sus
manos, cuando se acerque a mí, y yo sepa quien es, cuando descubra
en sus ojos que no me olvidó y pueda tenerle entre mis brazos sin
que tenga que soñarlo...
pero la realidad hace eco en mi memoria y
me devuelve al presente en el que vivo sin él, sintiendo un vacío
que se ensancha cada vez que vuelvo al pasado por las noches... por
eso no quiero despertar, para poder seguir sintiendo, queriendo
descubrir lo que nunca sabré, cuando se fue y nunca más le volví a
ver.
Hasta ahora, en que se cuela en mí y me deshace lentamente, y
le busco entre las calles por si algún día me sonríe y me devuelve
los días que se llevó...
Esperando sin esperanza, porque ese
recuerdo se evapora entre el pasado y el presente, sin discernir qué
hay de verdad entre él y yo...sin asomar mis
pensamientos a su memoria intentando asentarme en su corazón otra
vez... y vuelva a hablarme... aunque sea desde lejos, entre las
letras azules de un ordenador...