lunes, 19 de octubre de 2015

EL FIN...

-381-

Sólo se escuchaba el ulular del viento... 
Con esa cadencia a veces lenta, a veces cansada, otras furiosa... que se cuela por el quicio de las puertas desvencijadas. 
La calle empedrada e irregular, llena de cantos y baches, provocaba a cada traspiés, un amago de caída. 
Las manos frías le temblaban al abrocharse la fina chaqueta que aquel fatídico día había decidido ponerse. Sólo faltaba que las nubes amenazadoras cumplieran su amenaza y descargaran con ímpetu sobre la vieja calle. Un triste farol, con su luz mortecina, acompañaba sus pasos apresurados. 
De vez en cuando el sonido de una vieja campana parecía llenar el vacío de esa tarde que ya daba los últimos coletazos de luz. 
No había nadie. 
A lo lejos vislumbró la silueta de un gato callejero que, agazapado, le miraba curioso entre el hueco de las casas, allí donde la oscuridad ya era densa y peligrosa.
De nuevo el tañer de una campana le dejó momentáneamente sin respiración. 
No adivinaba de dónde provenía y aquello le desconcertaba. 
Un sudor frío y nervioso empezó a recorrer su espalda y un ligero temblor se apoderó de su cuerpo.
Sintió su presencia antes incluso de poder visualizarla. Con los ojos casi desorbitados por el miedo no pudo apartar su mirada de ella. Parecía tan fría y quieta. Exactamente igual que el día en que la dejó tumbada en su último lecho... Su cara carecía de expresión, dibujando una triste sonrisa forzada que venía a componer el semblante cadavérico de su rostro níveo. Los cabellos blancos, que un día ondearon orgullosos al viento, caían inertes sobre sus hombros...
Sabía que había llegado su fin. Ya no tenía escapatoria. Ella había venido del otro lado,para buscarle.Tendría que seguirla a través de la noche, hasta el infinito de su amor muerto...