lunes, 26 de mayo de 2014

ESPERABA

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Se sentaba en un banco a esperar. No sabía muy bien qué. Pero esperaba.

Hacía tiempo que sus recuerdos se difuminaban entre la neblina del atardecer y no llegaba nunca a entrever si merecía la pena o no. 
La luz del sol iba haciéndose cada vez más tenue en torno al paisaje que la envolvía. 

Esperaba algo nuevo pero no sabía el qué.

Tenía las manos frías, cuando la noche apareció lentamente en pos de sus sueños. 
Recordaba su juventud y su pasado. 
Tan vacío a veces, que dolía. 
Tan fugaz como el paso de la vida. 
Tan lejano ya, que de todo había tenido una vuelta.

Y esperaba sin desesperar. 

Sabiendo que después de tantos sentimientos, habría un día para ella en algún quicio de cualquier puerta que se abriera. 
Dejando pasar un nuevo hálito de sensaciones... 
Intensas y profundas en las que jamás soñó contemplar. 
A veces con furia, otras con temor, pero siempre con optimismo. 

Por eso esperaba. 

Porque sabía que en algún momento llegaría, 
y sería el primer día del resto de los demás.


DÍA 61

- DÍA 61 -

Por fin he vuelto a hacer 6 km en 42,06 minutos. 
He salido con muy buenas sensaciones y totalmente optimista. El tiempo era excelente. No hacía mucho calor y soplaba un ligero vientecillo que refrescaba el ambiente. 
Lo peor, los bichos. Me he tragado unos cuantos, y hasta he masticado a algunos de ellos. Puag...!! Sabían amargosos. 
Me he reencontrado con muchas personas a las que he ido conociendo en estos meses de carreras y que hacía tiempo que no veía. Me hace gracia que nos saludemos amistosamente, como si  fuéramos amigos de toda la vida.
Me he cruzado con cuatro chicas de los más fashion... Iban conjuntadas de arriba abajo. Incluso llevaban gafas de sol a juego. Al pasar, decenas de ojos de todos los tamaños y colores, masculinos en gran proporción, se han salido de sus órbitas o bien han dado la vuelta persiguiendo esos cuerpos femeninos que más que hacer deporte, parecían un grupo de pasarela de alta costura deportiva. 
Ainsssss.... !!! 
Como siempre, en estos casos, no puedo evitar reírme. Y como voy yo sola, queda un poco raro...ya que no me provoca una sencilla sonrisa, sino una carcajada hilarante por lo ridículo de la situación...Ocasionando con ello, que decenas de ojos que antes se fijaban en aquellas chicas, de repente, se clavan en mi persona con un aire interrogante e incrédulo, en el que se preguntan de qué se ríe esta pertarda... Pero como es algo que no me importa, yo sigo a lo mío, que es resoplar y correr, colorada como un tomate. Pero hoy, además... feliz.