lunes, 24 de febrero de 2014

SENSACIONES

- 147 -

Corría y sentía cómo una gota de sudor salado, resbalaba por el centro de mi espina dorsal, perdiéndose entre los poros de mi espalda... Se aceleraba la respiración y todo eran sensaciones mágicas... 
Empezaba a llover, sólo unas pocas chispitas de agua que quedaban envueltas en el ambiente, sin llegar ciertamente al suelo... Se formaban a mi alrededor, mientras la música me llenaba y hacía que la respiración jugara con mi pecho, exhalando, inspirando... 
Una corriente de aire frío, de vez en cuando, se cernía alrededor de mi cuerpo, estremeciéndome la piel a cada paso...

No existía nadie por allí, sólo mi pena y mi angustia que no quisieron quedarse atrás... Por más que corría, no lograba desprenderme de ellas... Un intenso pesar se alojó en mi corazón, no permitiéndome respirar con libertad... era tanta la tristeza, que el dolor ya no era físico...

Cuando las lágrimas amenazaron con fluir de mis ojos, y todo fue más intenso, como un peso que llevaba atenazándome, sin sentido, sin razones, sin respuestas... fue cuando decidí parar allí, de golpe, hasta que todo pasó, otra vez...

Logré esconderlo de nuevo, dentro, muy dentro... para que no volviera a amenazarme. Sintiéndome tan sola, que de repente lo noté clavado, hiriéndome...

Logré quedarme quieta, callada, con ese silencio que se para y no se nota... como siempre, como todos los días... ofreciendo una cara que no tengo, incluida la sonrisa perenne de mis labios...




MI GATO

- 146 -

Es triste pensar que el ser vivo que más me quiere sea un gato... 

Cuando me mira, con sus grandes ojos azules, tan transparentes, es cuando creo que casi toco su alma, tan profundos y claros son, deshaciéndose cuando le acaricio, aunque sólo sea levemente, y siento que se estremece cerrando los ojos... 
Se sube a mi regazo e intenta llamar mi atención, me tiende su pata pidiéndome que le quiera igual que lo hace él conmigo...

Ese amor es tan incondicional que, aunque no le haga caso, ahí está...siempre, de lejos, mirando de reojo, sin preguntas, sin querer nada a cambio... le basta sólo que yo esté allí, cerca de él, para sentarse a mi lado y de vez en cuando, rozándome con cara de enamorado...

Tan déspota y despreocupado que parece ser con todo lo demás... y sin embargo siempre espera que me mueva y camine para ir entre mis piernas, provocando que me tropiece cada dos o tres pasos...

Esta es mi sensación: que no hay un ser vivo que me ame con tanta profundidad y tan desinteresadamente... Si lo analizo, es hasta triste.

Tanto que, mirándolo, acariciando su suave pelo, escuchando cómo ronronea de placer... no he podido evitar que al menos, un suspiro se me escapara...

Mi gato, mi amor, mi vela, mi barco, mi casa, mi gratitud, mis defensas, mi sensibilidad, mi corazón...