jueves, 23 de enero de 2014

YO NUNCA...

- 115 -

Y yo que nunca subí a ningún lado, me obligaron a bajar,
cuando tuve sueños en la nubes, deshicieron mis ropas a jirones
dejándome sólo despojos y miserias a mi alrededor.
Llevé las manos repletas y me lo arrebataron todo.

Y yo que nunca dí ningún color oscuro a nadie,
cuando teñí de rojo mis recuerdos me los arrancaron de cuajo,
borrando los ocres y los verdes de los sentimientos
cubriendo de negro mi camino.

Y yo que nunca lloraba por tristezas, ni robaba lágrimas de nadie,
tuve sollozos en vez de risas, llené de desencanto mi baúl de viaje,
y desde entonces tengo vacía la mirada 
y cargo de melancolía el pensamiento.

Pero me levanto una vez más y de mis sueños hago un paraguas
en donde me cobijo y me resguardo de lo extraño.

Un refugio tejo con mis hilos, y me hago fuerte entre la soledad,
Alzo la mirada al infinito y pienso que, después de todo, estoy aquí,
con la sonrisa otra vez en los labios y los deseos de volver a empezar otra vez.