viernes, 6 de diciembre de 2013

UN DÍA SERÁ PARA NOSOTROS...


Él me dio qué pensar al agotarse las palabras
cuando se iban muriendo en mi garganta.
Hice un esfuerzo y reconvertí lo que sentía a otra esfera,
para otra vida...
No me paré a observar lo que dejaba a mi alrededor,
me fui detrás y no valoré...

Desde entonces me encuentro aquí perdida,
no puedo salir... me enredo, me aprisionan las cuerdas
y las manos se me quedan quietas y heladas.
No sé a quién veo y con quién hablo porque esto está oscuro.
Tampoco presiento las fuerzas que antes tenía
y que ahora he perdido, no sé dónde...

Palabras, sentidos, pensamientos en blanco y negro...
No quiero más, no necesito menos.

Te encontraré y te llevaré conmigo, algún día...
Un día que será para nosotros,
después de las mareas, cuando la tormenta,
y pueda salir de dónde estoy,
con la magia entre los brazos y el sol en mi mirada...
cuando caiga la última hoja del árbol
y suenen las notas finales de una canción...



LOS OLORES DE LA NIÑEZ...

- 69 -

Los olores que te devuelven a la niñez... a tierra, serrín, corcho... Cómo encajan estas piezas, unas con otras, desde hace mil mundos, cuando tenía 7 u 8 años, y me traen recuerdos entrañables de una infancia feliz...
En aquella casa, de pasillo largo, la de juegos que se llevaron, dejándonos con la imaginación volando...
Porque volábamos a otra época, con un puente de madera, atravesando un riachuelo en el que lavábamos la ropa en ese agua fría...:
Dos lavanderas, una hilandera, un leñador y un personaje que cambiaba según el momento... Nunca estaba definido. En otras ocasiones era el esclavo... pero en un belén un esclavo estaba fuera de lugar... por eso cada vez era una cosa... La dejábamos hacer lo que quisiera, no era relevante, era la más pequeña...
A veces, se unía otro leñador y otra pastora... El resto siempre éramos los mismos. Con los papeles bien definidos.
Cada uno sabía lo que tenía que hacer, lo teníamos más que asumido... y nos transportaba a esa época, con una historia sobre costumbres de un pueblo donde no pasaba nada hasta ese momento.
Repartiéndonos los personajes secundarios del belén, imaginábamos un cuento, de lo que allí habría pasado, un día cualquiera...
La lavandera más bonita, enamorada del leñador, que venía silbando por el camino de serrín, como todos los años...
Después, cantábamos todos juntos algún villancico... y no nos avergonzábamos de expresarnos delante de los mayores, porque éramos actores, cantantes, presentadores... científicos, reyes, príncipes y princesas...
Me gustaba cuando era la princesa..., la que se casaba con el príncipe, o la hija del duque, o la heroína de un cuento...o la “emperadora” que siempre acababa con el héroe de la historia...Sólo teníamos a un chico para todas... la mitad eran sus hermanas...y la otra mitad, una era mayor para él y la otra muy alta, tanto que nos sacaba medio cuerpo a todos. Por lo tanto siempre nos tocaba hacer de pareja, siendo de la misma edad, tamaño y constitución..., siendo los mejores amigos del mundo, nosotros, contra el mundo...
Aunque nos peleábamos tanto, tanto... que a veces nos queríamos con locura...
El grupo tenía asumido que era así, incluso lo sabían los adultos, y no había nada ni nadie que lo cambiara...
No precisábamos de juguetes, nos conformábamos con poca cosa, sólo necesitábamos a nuestros amigos más cercanos y dejar correr la imaginación...




EL DEL BELÉN...

CUENTO 8

Por fin ha llegado el día.... lo saben, sé que lo saben, lo noto porque existe una tensión, una emoción.... a veces raya en lo absurdo, porque se creen que algunos van a quedar relegados por ser viejos, otros piensan que su fealdad hará que me plantee un cambio en algún momento... pero nada más lejos de la realidad... Todos han estado conmigo mucho tiempo. Unos más que otros. Los más antiguos me han acompañado desde mi niñez... otros son más recientes, pero todos indispensables. Como siempre. Aunque adquiera nuevas piezas, nunca tiro las antiguas. No me importa si están rotas, viejas, ajadas...
Aún así, para una vez al año, se los nota nerviosos y emocionados.

Empieza a haber un batiburrillo de objetos esparcidos por todos los lados... corchos, casas, piedras, puente, ovejas... ovejas de todo tipo, ovejas de barro, ovejas de plástico, ovejas mutiladas...ovejas, ovejas, y más ovejas... no me extraña que sean ellas siempre las que empiecen con el bullicio unos días antes...
Camellos, burros, caballos, gallinas, patos... cerditos y por supuesto una mula y un buey...
Pastores, pastoras, pajes, ángeles, molineros, panaderos, aguadoras, vendedores de cacharros, niños, viejos, caminantes, lavanderas y leñadores...
Ay la lavandera y el leñador....!!!! qué recuerdos... la de juegos que nos hicieron crear y las historias que inventábamos cuando éramos pequeños...

Por eso para mí, el belén, es algo más que un simple belén...