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Transformó el color,
ajado del tiempo marchito
desgastado reloj inútil,
sin crear nada más...
Sin fin...
Se agotó el último suspiro
y navegó a través del aire cálido...
Dejando atrás los hilos malditos
sesgando su piel,
la muerte la envolvió
y volvió a nacer...
Ahora es la claridad
mojando mi cuerpo,
recorre por mis venas la sangre de su pasado,
sin dolor,
sin angustia,
Sin fin...
Vaga su alma en libertad,
en el haz de mi luz,
induce la magia que me ata a la vida,
y se mezclan mis lágrimas
en el olvido,
dibujando a la vez su contorno y mis recuerdos,
regalándome cada vez,
sin fin...
la risa lejana de su energía infinita...