TERCER DÍA:
He logrado llegar a los 3 minutos de trote!!!!. 3 andando, 3 a trote. 6 veces. 36 minutos.
Toda una hazaña. Estoy orgullosa de mí misma. Ya no me identifico tanto con el grupito de la 3ª edad que va todos los días a hacer gimnasia.
Hoy ya no he sentido esas ganas de unirme a ellos en vez de intentar llevar un ritmo adecuado de zancadas + respiración: una proeza.
En fin, las endorfinas están cumpliendo su cometido a la perfección y me estoy enganchando a esto.
Al regresar a casa, por las calles de Aguas Vivas, había un olorcillo a bollos suizos que no os podéis imaginar!!!.
Ahora que mi colesterol corre alegremente por mis venas (o está empezando a hacerlo), es una tentación muy fuerte el reprimir las ganas que tiene de asentarse otra vez dándome un atracón de bollo de suizo.
Ahí es donde la fuerza de voluntad predomina sobre la glotonería que me caracteriza (como buen Ibáñez que soy).
Es lo que tiene el hacer ejercicio. En fin. Me conformaré con una botella de agua. Sniff!!!
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