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Mientras pasaban los días, y sus pasos se perdían por otras calles, ella esperaba.
La mirada se le iba gastando conforme pasaba el tiempo, y cuando al fin aparecía por la esquina, su corazón saltaba de gozo...
Esos segundos, esos minutos en los que sus ojos se cruzaban y casi llegaba a hablarle... diciéndole en silencio todo lo que guardaba en secreto.
Su corazón latía cada vez que aquello pasaba, todas las veces... hasta que comprendió que no quería conformarse, y se tragó su orgullo y la vergüenza, se levantó de su silla, bajó las escaleras y lo esperó en la esquina...
hasta que él llegó.
La miró reconociéndola.
Había pasado mucho tiempo, su rostro acusaba el cansancio y el paso de la vida.
Ella sonrió y la sonrisa viajó de su boca a su mirada y fue entonces cuando él...acercándose..., le cogió las manos, y posando sus labios en los de ella, levemente, le dijo entre susurros:
- "Viniste y yo te encontré...por fin, al final"
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