viernes, 20 de diciembre de 2013

AHÍ ESTÁS...

- 82 -

La sonrisa no solo estaba en tu boca, también subió a tu mirada.
Se iluminaba tu cara cuando hablabas,
imaginando que me dedicabas un atisbo de interés 
en esos tus ojos marrones, cálidos y sugerentes...
Cuando te escuchaba, en un susurro tibio y dulce,
cuando el timbre de tu voz me llenaba de paz el cerebro,
y conseguían tus palabras entrar en mí...
Cuando me quedaba mirándote y perdiéndome en tu rostro,
para abarcarlo todo, para quedarme con tus rasgos.
Con tus pequeños defectos, que se vuelven hermosos...
Me atrae el roce de tus manos con las mías, como quien no quiere la cosa...
Dedos finos, masculinos, queriendo llegar a ellos de alguna manera.
Tu risa me nubla la mente, tan cristalina y natural,
tan sincera que llega hasta mi corazón en forma de latido intenso.
Un breve instante, una conversación superficial, con trasfondo,
dejando escapar la imaginación y un sueño nuevo...
Llegamos, todo vuelve a ser real, el corto tiempo que hemos pasado...
las palabras que se quedaron atrás, el tiempo que no supo crecer entre nosotros...
una despedida y me hundo en tu mirada, deseando encontrarte detrás...
Sí, ahí estás, para mí... como yo intuía...


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