sábado, 14 de diciembre de 2013

EN EL PARQUE (8)

EN EL PARQUE (8)

Han pasado varios meses desde que le vi por última vez, aquí, en el Parque, cuando aquellos disparos y el miedo que sentí entonces, por su seguridad, por mi vida... no lo olvidaré nunca... Él dijo que volvería, pero no volvió... y desde entonces le espero y le extraño.

Todos los días bajo al Parque para correr, no me permito pensar que nunca va a volver... no sé quién es ahora. La policía me explicó días después que su nombre no es Javier, que no se dedica a la publicidad, que en verdad es un agente infiltrado que va de acá para allá, poniendo su vida en peligro, aparentando lo que no es para descubrir delitos de contrabando y robos... pero yo sé que le conozco, parte de su persona se posó en mis sentimientos... ¿por qué no me lo dijo?.

Ahora huele a primavera en el Parque, y reverdecen los setos, y los árboles se van llenando de hojas otra vez.
Marzo... el mes más bonito... Corro por el sendero donde le vi por primera vez, y mis ojos descubren una silueta apoyada en uno de los árboles. A medida que me acerco contemplo su estatura, su presencia, su mágica sensualidad, esos brazos cruzados en el pecho y esa sonrisa... Él, allí, esperándome... me detengo bruscamente a escasos pasos, contemplando su rostro sin que mi mente pudiera ir más allá...


La miro allí parada, y no dejo de preguntarme qué pensará de mí... si querrá que le explique mi vida, tan complicada y peligrosa, si querrá compartir conmigo parte de esa vida...
Sus ojos me miran fijamente y yo no sé qué hacer. Me acerco a ella, lentamente, mis brazos se extienden queriendo abrazarla, mis dedos rozan su cara apartándole un mechón de su cabello que caía sobre uno de sus ojos... ella se estremece y noto que la sorpresa deja paso a la expectación...

Me acerco muy lentamente, mientras le miro la boca, sé lo que quiero, no sé si ella lo querrá también. Mis labios se abren poco a poco para encontrarse con los suyos, tan suaves, con su aliento cálido que me envuelve y me vuelve loco... Huele a frescor, a hierba, huele a amor...
Mientras le acaricio los labios con los míos, noto su temblor y mi excitación va en aumento cuando siento sus manos rozar mi nuca... cada vez estamos más cerca, cada vez estrechamos más nuestros cuerpos...
Porque la echaba de menos, porque la quiero, porque no quiero perdérmela más...






No hay comentarios:

Publicar un comentario