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Los labios que te besan hoy y que no son éstos,
descubren esas sensaciones que debieran haber sido mías,
y que
ya no me pertenecen.
Pertenecen
al tiempo,
ese
tiempo que hace que mis recuerdos sean cada vez mayores,
distorsionados,
envueltos en la niebla.
La
mañana me despierta en ese claroscuro
que
va llenando mi habitación de soledad.
Tu beso...
Aquel que ya no me diste, ese con el que sueño todavía,
ese que regalas todos los días y que a mí no me llega.
Las
tardes se tornan frías y silenciosas.
Es tu
voz que no me alcanza, y que trato de escuchar entre el vacío.
Cómo
me gusta la lluvia...
Me
trae tu persona sin quererlo.
Esos
sentimientos entre tus labios, que se difuminan y desaparecen,
recogiéndose
en otro corazón, el que se lo lleva todo.
No me
queda casi nada de ti,
quisiera
tener más recuerdos,
poder
bañarme en tu mirada como antes,
naufragar
entre tus brazos y ...
dedicarte ese otro beso, una vez más.
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