miércoles, 15 de enero de 2014

VOLAR

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El frío me calaba los huesos, y no me dejaba respirar,
apretando los dientes avanzando con la cabeza bien alta.
El cuerpo se ensanchaba buscando el aire que me faltaba,
y los ojos se llenaban de lágrimas por el esfuerzo y la tensión.

Casi en las puertas de la parálisis mental,
me detuve a observar cómo mis pasos se adelantaban al camino
sin llegar a ningún sitio, sin notar el cansancio y el paroxismo.

Cuando vi mis ojos fijos en el cristal de mi vida,
me detuve un instante para pensar y sentir el miedo.
Ese miedo que me llenaba de tristeza y melancolía,
y no queriendo llegar a la desesperación, me sobrepuse y salí corriendo.

Los obstáculos caían encima de mi cuerpo, lacerándole,
la ventana se abrió y dejó que se colara el olor de la vida,
y el viento disipó las sombras que se cernían en torno a mí.

Quedé libre y dispuesta a volar,
extendí las alas poco a poco e intenté dar el salto al vacío.

Llegando a colarse por los entresijos de mis días,
la esperanza del invierno me invitó a salir para buscarte ....




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