DÍA 41
Hoy ha sido el primer día de la primavera.
Cuando he salido a correr, hasta el aire era cálido. Enseguida he tenido calor...
El Parque estaba lleno de colores y de gente, han vuelto los ancianos en sus sillas de ruedas o paseando del brazo de sus hijos o nietos... Había grupos de jóvenes desperdigados por el césped... Unos de pie, otros sentados en el suelo...
Con la llegada del buen tiempo, han pintado los bancos y aún estaban húmedos. Algunos tenían todavía el cartel de "recién pintado" pegado a las lamas del respaldo... por consiguiente olía, de vez en cuando, a pintura...
Pero el olor más intenso y profundo es el que despiden las mimosas... Se notaba en el ambiente ese aroma a "días cálidos", a primavera, tanto olía que hacía que el correr fuera un mágico placer...
Los señores que pasean a ritmo marcial, me saludan ya como a una vieja amiga, lo cual me gusta y me hace sonreír cada vez que nos cruzamos...
Lo único malo del momento han sido los bichos... Han vuelto... Han vuelto y yo creo que para quedarse ya... En estos días de frío había desaparecido, pero ahora, aunque no todos, ya están aquí, debajo del mismo árbol y con las mismas ganas de jugar que siempre...
Una de las veces que he pasado por allí, respirando como podía, asfixiada de calor, con la boca abierta en flagrante jadeo, un bicho ha impactado con el fondo de mi garganta... PUAG!!! casi me ahogo... He tosido, he escupido, he carraspeado...casi me caigo, de los aspavientos que he llegado a hacer, con la mano en la garganta... Las miradas de los viandantes fijadas en mi persona... pero el bicho no ha querido salir y finalmente, ha pasado a formar parte de mi organismo, porque me lo he tragado limpiamente...
En fin... cosas que me pasan, para variar...
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