DÍA 51
He vuelto a correr 6 km.!!!!, y esta vez hasta he bajado el tiempo casi un minuto. Las sensaciones han sido perfectas.
Cuando empecé a correr, empezó a lloviznar. No era una lluvia propiamente dicha, sino una llovizna mucho más fina y en forma de gotitas dispersas. A ratos un poco más densa. Pero totalmente gratificante y liberadora. Las sensaciones las he sentido en todos los poros de mi piel, al ritmo de la respiración.
La música que llevaba puesta, además, ha contribuido a proporcionar, a este intervalo de tiempo, una sensación de perfección. No había nadie en el Parque, salvo un par de corredores y dos o tres personas paseando a sus perros. Me he permitido el lujo, incluso, de ir cantando en voz baja.
En algunos tramos me he sentido tan a gusto que no quería que se terminara... Cuando ha sonado la canción de "Viva la Vida" de Coldplay me he sentido tan bien que, al terminar, he tenido que volver a ponerla. En los últimos momentos de la canción, hasta la he ido cantando.
Pero después ha sonado "When tomorrow comes" de Eurythmics y ya me he vuelto loca.
Hay un momento de la canción, casi al final, que Annie Lennox grita un ¡Ha! y yo lo he hecho con ella, sin darme cuenta que lo hacía en voz alta. Qué casualidad que en ese preciso momento, una señora y su perro pasaban por mi lado, y la buena mujer se me ha quedado mirando con la boca abierta de par en par. Supongo lo que estaría pensando de mí, pero yo me sentía tan bien, que no me ha importado nada de nada.
Después ha sonado Metallica y ha sido ya el punto de la carrera.
Creo que ha sido la primera vez que no he pensado en ninguna de las taras que me acompañan cuando corro. No he pensado en las piernas, ni en las rodillas, ni en la barriga, ni en la cabeza... solo he sentido cómo era libre por primera vez en mucho tiempo, y casi, casi que, junto con la llovizna que me mojaba la cara, se confundían las lágrimas que caían de mis ojos.
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