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No había acabado de vivir y ya se
sentía viejo…
Cuando salía al horizonte y se quedaba las horas guardadas en el
bolsillo, para luego vislumbrar un amago de esperanza en aquella naturaleza tan
suya…
Recordaba los buenos tiempos, en los que su cuerpo lozano y joven
recorría aquellos parajes de ensueño…
Soñaba entonces con ser diferente, con
forjar una vida de ilusiones que luego quedó en nada…
Casi no recordaba cómo
era todo entonces…
Los caminos de tierra en los que jugaban, las vallas que
saltaban para coger higos chumbos en verano, los sembrados que cuidaban de no
pisar cuando se escapaban al río en aquellas tardes tórridas de sol y risas, y
se bañaban desnudos en las aguas cristalinas y vírgenes robando más de un beso…
Soñaba despierto con aquel cielo apagado de tormentas estivales… y aquel olor a
limpio y agua fresca de lluvia, entre los maizales y los setos …
Cómo había
cambiado su rumbo… qué caminos enrevesados le hizo la vida recorrer… para
llegar, finalmente, otra vez, al punto de partida…
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