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Era de esas tardes en las que el viento despeinaba los sueños encajados,
y miles de gotas de lluvia bañaban mi frente despejando las dudas y los sinsabores.
Era de esas tardes en las que el aroma cálido del hogar
se mezclaba con la música queda del vaivén de minutos muertos entre notas.
Era de esas tardes en las que tu ausencia se traducía en dolor
y me pesaba no estar contigo meciendo olas y robando momentos al amor.
Y era de esas tardes en que el sonido de tu llegada
encendía la luz de mis ojos en brillos de alegría y colores nuevos...
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