DÍA 94
Día 2 del año 3
5 km en 23 minutos y pico... A toda carrera, con agujetas del lunes y todo... Seguramente mañana no puede ni moverme...
Lo peor ha sido, en un principio, enfundarme los otros pantalones que uso para correr.
¿Habéis visto la peli El diario de Brigget Jones?. Sí, ¿ese "momento-faja"?. Pues exactamente así ha sido la odisea de subirme las mallas.
He tardado unos cuatro minutos en meterme en ellas, pero al final lo he conseguido.
No podía casi respirar al principio, pero las carnes quedaban sujetas y embutidas. El problema vino luego al querer meter las llaves y un pañuelito en el bolsillo.
Imposible.
He debido de elegir entre los dos y, por supuesto, el pañuelito ha quedado fuera, con el consiguiente goteillo mocoso durante todo el trayecto. Lo que me he acordado de él...!! (del pañuelo, claro)
Sobre todo cuando he tenido que subir la tercera cuesta.
Creí que no llegaba, respirando (mejor dicho, intentando respirar) al ritmo de la carrera... Los ojos desencajados, la lengua fuera, los mofletes (los de la cara, porque los otros ni se han movido hoy por efecto de los pantalones tan ajustados) bailando a su libre albedrío, los pies rozando el camino (llegó un momento en que creí que los llevaba arrastrando detrás de mí...)...
En fin, un cuadro...
Menos mal que a estas horas (15:30), no hay un alma en el parque y es casi imposible que nadie se fije en una "corredora" atípica, como yo...
De todas formas, estoy contenta, (las endorfinas hacen su papel a la perfección), por aquello de ir superándome a mí misma e ir cogiendo la forma y el tono (y el cuerpo!!!!) que abandoné hace unos meses...
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