Día
102
Día 10 del año 3
He salido a correr después de venir de trabajar. La
verdad es que me gusta esa hora. Todo está muy tranquilo en el Parque.
La
tarde acompañaba para proporcionarme un bienestar interior, porque me encantan
estos días de nubes cerradas, blancas y frías, mientras creo que voy a
alcanzarlas al primer rellano que suba. Iba escuchando música, como siempre,
y la imaginación corría más deprisa, se me adelantaba y se escapaba enredándose
entre las zancadas y el camino…
He salido
más abrigada de lo normal, porque el frío no se me ha ido en toda la mañana.
Ese frío que notas tan dentro de ti, que al final se mezcla con las emociones.
Por
eso he comenzado a sudar muy pronto. Pero no me ha importado. Me he encontrado
muy a gusto. No he forzado en ningún momento la marcha, he corrido suavemente y
sin agobios. Hasta que poco antes de llegar al km. 3, un nudo en el gemelo
izquierdo me ha obligado a detenerme en seco. Un dolor agudo se ha instalado en
esa zona y no podía ni caminar. He estirado, me he dado un pequeño masaje y
como he podido he terminado los 3 km, y sintiéndolo en el alma, he tenido que
volver cojeando a casa.
Por
cierto, ya están empezando a salir las primeras flores, las de febrero… Un poco
pronto, se han adelantado unos días, pero me he alegrado de ver cómo renacen
entre las nieblas del invierno…
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