DÍA 103
Día 11 del año 3
Me encanta salir a correr a mediodía...!! El Parque está más solitario si cabe y hoy el paisaje se reinventaba por momentos.
En aquellas zonas donde el sol apenas llega por el efecto de las hojas de los árboles perennes, el color es oscuro y sereno, pero en cuanto sus fuertes rayos atraviesan las hojas o se cuelan en los intermedios que existen por aquí y por allá, entonces el espectáculo es magnífico. El verde intenso de la hierba se expande y se trasforma en tonos dorados por efecto de la luz, la fuerza de los colores me devuelven un esplendor mágico, incluso entre las piedras de los caminos y las zonas más húmedas... El pequeño riachuelo, esta vez con agua, se ha llenado de reflejos luminosos de gotas de oro y esmeralda...
Me he sentido pequeña e inútil rodeada de tanta belleza.
Habían cortado la hierba en algunas zonas y se encontraban esparcidas por doquier, proporcionándome un aroma a vegetación viva y a tierra mojada imposible de describir. Esa sensación de libertad profunda y relajada que llevamos en nuestro interior, se entremezclaba con mis zancadas a ritmo de la vida, que a borbotones iba subiendo y bajando junto a mi respiración acompasada. El sudor y el cansancio no parecían formar parte del paisaje. Me he encontrado a gusto conmigo misma.
El tirón en el gemelo del otro día no me ha molestado en absoluto. No obstante y para no forzar sólo he trotado suavemente durante 3 km. Suficientes para demostrarme que estoy en forma otra vez.
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