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La calle estaba abarrotada de gente multicolor, siempre era así en el Womad de Cáceres,
no podía dar un paso.
De repente, sintió unos ojos taladrarle la nuca. Un escalofrío recorrió su cuerpo.
Dio media vuelta y buscó entre la multitud, caras distintas, distintas expresiones...
Buscaba aquel par de ojos entre tantos rostros.
Entre el gentío vislumbró la mirada que le quemaba el cuerpo...
Era él. Él después de media vida sin saber. Allí estaba, con su sonrisa torcida y su calor.
El corazón se saltó un latido...mientras se acercaban sus cuerpos.
No hubo palabras, no las necesitaban...
sólo... el beso del encuentro.
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