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Miraba
al mar y se sentía libre...
Era
un renacer en su vida, sin aristas.
La
brisa le devolvía esas sensaciones dormidas
después
de tantos años sin tenerle.
Un
suave aroma llegaba hasta ella,
envolviéndola
con su frescor, con su dulzura.
Sólo
tenía pensamientos para él,
todo
se lo daba y la envolvía...
Sus
ojos le buscaban entre la multitud,
queriendo
tener un trozo suyo entre las manos,
un
trozo de su corazón, de su vida,
para
no sentirse sola nunca más...
Porque
sólo su recuerdo le servía de bálsamo,
aunque
él no lo supiera ni la pensase,
aunque
se sintiera abandonada en sus sueños.
Porque
con él en su memoria, ya se sentía completa...
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