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No pasaban las horas y nada tenía sentido.
El aire jugaba a mi alrededor,
girando en este camino sin dejar pasar un momento para pensarle.
Recordaba a trazos su rostro.
Venía a mi mente su sonrisa y me desarmaba.
Era el cielo abierto en canal para luego llenarse de nubes...
Espero que llegue mañana y volver a empezar.
Encontrarme con él, verlo venir mirándome con sus ojos ambarinos,
cargados de preguntas de las que aún no tengo respuestas.
A lo largo de los segundos, mientras le sueño y deseo ese instante para mí,
pienso en el contacto con sus sentidos, y tenerle presente.
Mientras, el sonido de su voz apenas circula por nuestro espacio,
y yo me desarmo poco a poco sin saberlo...
Tan cerca quisiera tenerlo, para poder oler su piel,
perdiéndome entre sus brazos.
En un sin fin de sueños que volatizan mi sentidos y me dejan sin fuerzas,
para volver a empezar de nuevo, mañana...
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