DÍA 64
Llegué a los 6 km... Por fin... un día más... un trabajito que me ha costado que no os podéis hacer una idea...
Lo mejor ha sido al final. Cuando ya casi no podía con las zapatillas, he reconocido a lo lejos a una persona que también ha salido a correr, y por el afán de encontrarme con él, se me ha olvidado el cansancio y el peso del estómago y he corrido para alcanzarlo...
Tengo más moral que el alcoyano, porque ni por asomo he podido llegar hasta él...
Imposible, he acabado con la lengua fuera, pero he terminado los 6 km... jejeje.... En fin, otro día será...
No hacía excesivo calor y se estaba muy bien. El frescor de los árboles, la sombra, las fuentes... todo lo que siempre describo y que es tan cercano a mí, todo ello estaba esperándome entre la tarde y la gente que por allí paseaba o corría o simplemente descansaba en los bancos de madera, o tumbados en la hierba.
Lo peor, como siempre, los bichos. Esos que sin temor y sin preguntar, se introducen, así sin más, en la boca y acaban alojados en la garganta... Como uno que me he tragado después de varios intentos. Porque con la sequedad que da el ejercicio, no había manera de despegarlo de la campanilla... ni carraspeando, ni nada.
Empecé a toser y a hacer ruidos con la garganta, debiendo ser un tanto escandalosa, porque todo el mundo me miraba con esa sonrisilla irónica queriéndome decir: "te atragantas ya, o qué??". Pues sí, casi me añusgo con el jodío bicho instalado allí, hasta que he podido reunir un poco de saliva y para dentro...!! puag...!!estaba amargoso, amargoso... Debería estar ya más que familiarizada con su sabor, porque ya hace tiempo que estos bichos forman parte de mi menú semanal... Acabarán por gustarme, ya lo veréis...
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